Aquí es donde vengo a dibujar y escribir

Se dice que las personas scorpio son apasionadas, decididas, tremendamente emocionales y tan nobles como leales. Buscan siempre en el fondo de las cosas y se interesarán por los misterios de la vida y por el lado oculto de las cosas.

Hasta que las paredes se olviden de ti y dejen de decir tu nombre. Hasta que se desvanezcan las sombras que dejaron tus retratos en ellas. Hasta que dejen de florecer las orquídeas que dejaste en la cocina y el último de tus cajones quede vacío.

Personas que parecían imprescindibles en mi vida, simplemente dejaron de existir.

Tenía unas ganas terribles de decirle, como la más trivial de las mujeres: ¡No me abandones, no dejes que me vaya, dómame, esclavízame! Pero eran palabras que no podía ni sabía pronunciar.

El cuerpo de ella se convertiría en un álter ego de él.

En aquel momento supo, que aquel hombre desconocido le estaba predestinado.

El único ser que te ama más a ti que a si mismo.

La amó desde la infancia hasta el momento en que la acompañó al cementerio, y la amaba hasta en el recuerdo.

Que viva la nostalgia y que repare el tiempo lo que en ti rompí.
Ese tuyo llanto se convierte en río de tus ojos santos y una flor marchita reflorecerá, ese antiguo encanto dentro de tu pecho reflorecerá.

Analizaba la situación por quincuagésima vez. Ya no hay telegrama ni teléfono alguno que sea capaz de devolvérsela. Su partida es increíblemente definitiva.

A veces todo sale mal y me rindo por unos momentos. Pero tranquilos, que siempre me vuelvo a levantar.

Los suéteres con cuellitos altos me hacen sentir feliz y segura, como si nada malo me pudiera pasar mientras los traiga puestos.

Ese ardor en el pecho cuando algo te esta sobrepasando y no sabes si morir es mejor opción que seguir quemándote por dentro o si pronto pasará y estarás bien.

Por los comienzos y por los finales que son tan dolorosos como necesarios.
Por los buenos tiempos y también por los malos, ya que éstos últimos son los que más nos obligan a crecer y más cambios traen consigo que además agradezco, sean inevitables.

Estás lejos, siempre lo estuviste, fantasía fue pensarte entero y sólo mío. Mientras más te amaba menos lo fuiste. Perderte siempre me lo temía.
De tu historia pocas hojas he sido, en tinta transparente me has grabado. De todos tus amores el más perdido. Intempestivo adiós y final aún menos esperado.
En cuento nuestro tiempo has convertido, en un estante, olvidado he quedado. Que final tan glorioso hubiera sido si esta nuestra historia hubieras continuado.

El tiempo no cura nada, pero el corazón cicatriza si dejas de tocarte las heridas.

¿Un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean necesarias para producirlo?

Yo no nací para amar, nadie nació para mi.

Abrázame que Dios perdona pero el tiempo a ninguno.

Incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera, todos los días tienen ese instante en que se daría la vida entera por tenerte delante.
Incluso en estos tiempos en los que estoy curada de esperarte, todos los días tengo recaídas y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte.

Me ha costado muchas personas y mucho tiempo pero ahora cuido más mi corazón.

Lo vivimos todo a la primera y sin preparación, por eso la vida parece un boceto. Un boceto para nada, un borrador sin cuadro.

Me dan miedo los meses que se van volando, me he quedado flaquita de esperarte tanto.

Otro detalle que sin pensarlo ni planearlo compartiremos en la piel hasta el día de nuestro último aliento.

Supe que te convertirías en el eterno tema de mis cuadros.

Aquella personificación de la casualidad absoluta, yace ahora a su lado.

Aquí te dejo un abachito bien apretado para cuando lo necesites.

He dejado de contar los besos que no te he dado, así como he dejado de contar las mañanas en las que junto a ti debía de haber despertado.

Bajo la velocidad en cada espacio donde te puedo encontrar y miro con ganas de encontrarte pero con la necesidad de que no estés ahí.

Abrió la puerta y apareció ante él con sus hermosas y largas piernas, sin vestir, sólo con el sujetador y las bragas. Después hicieron el amor sin decir ni una sola palabra.

Tres años tuve a Clementina (mi cactus) en mi cuarto, pero me dolía mucho verla diario al despertar porque sólo me recordaba al día en que me la regalaste. Así que la saque al jardín y para mi sorpresa, por primera vez, comenzó a crecer. Vaya lección sobre dejar ir y poner las cosas donde pertenecen y no donde queremos que estén.

Mi sticker favorito me recuerda a alguien que conocí hace una vida.

Su andar se volvió inseguro y casi todos los días se caía en algún sitio, se lastimaba con algo o, por lo menos, dejaba caer algo que tenía en la mano. Había en ella un deseo insuperable de caer. Aquel que se cae está diciendo ¡Levántame!

Remember who you are, you got the world ‘cause you got love in your hands.
And you’re still my chosen one, so can you understand? One day you’ll understand.

Si febrero también te pone triste porque no tienes con quien hacer planes especiales, recuerda que no pasa nada. Te prometo que al final todas las cosas toman su lugar.

Claro que tu influencia sea pequeña o grande sigue, sin darme cuenta, afectando mis ilustraciones.

En el momento que hice esta ilustración aún no sabía cómo ni cuándo pero sabía que me iba a ir. Sólo que jamás imagine la razón, circunstancia y momento en que lo haría.
De la única cosa de la que estoy segura es de que así es la vida, impredecible.

Hay días donde parece que todo pasó y de repente sin darme cuenta todo vuelve o quizás nunca se fue y sólo trate de guardarlo en un cajón defectuoso que siempre se vuelve a abrir y me vuelve a arder como si fuera el día uno y no el 671.