Extraño a las personas que parecían imprescindibles en mi vida y que poco a poco se fueron yendo uno a uno. Hoy no quedan más que sus fantasmas.
Más de una vez he soñado con estas personas, sueño que estamos bien, que después de todo nos encontramos y simplemente sonreímos sabiendo que todo esta bien, sin necesidad de palabras, sin necesidad de reclamos, ni de aclaraciones, ni siquiera palabras de tregua.
Basta con la mirada para entendernos, como si nunca hubiera habido conflicto, como si nunca nos hubiéramos alejado. Como si el amor que un día nos tuvimos siguiera intacto.
Me da mucha curiosidad y miedo saber como son ahora, qué sueños tienen, cuál es su canción favorita del momento, qué les hace reír y qué les hace llorar, qué cosas han aprendido en este tiempo, cómo me recuerdan, si piensan en mi o si soy la única que aún los ve en sueños.