Siempre que escuchaba a las personas hablar acerca de cómo nunca se vuelve a sentir lo mismo que la primera vez que te enamoras, yo creía que no sabían de lo que hablaban, que claro que uno se puede volver a enamorar cuando se sienta listo y que hay millones de personas con las que puedes hacer click.
Ayer por primera vez en mi vida dudé de esto que yo juraba. Después de dos años me di la oportunidad de salir con alguien que creí que me gustaba y teniéndolo enfrente me di cuenta de algo muy grave. Era divertido, inteligente, con un estilo que me gusta, va a terapia, congeniamos en formas de pensar, tiene proyectos, tiene trabajo, sueños y más pero en medio de la plática había momentos donde su voz se volvía un sonido de fondo y me caché buscándote en él.
Buscando acciones, gestos, palabras y sentimientos del pasado, de lo que para mí era familiar, de lo que llamé hogar por tanto tiempo y descubrí algo que ya sabía pero no había sentido tan real hasta ese momento. Lo que se va, ya no vuelve y nunca se vuelve a sentir lo mismo.
Había mil cosas por las que fuiste la persona correcta y perfecta para mí durante el tiempo que caminamos juntos, pero hay mil y un cosas por las que hoy no estás aquí. No voy a mentir y decir que no te extrañé, pero también sería una mentira decir que sigo pensando que eras tú la persona con la que debí continuar el resto de mi vida. Es sólo que fuimos como dos piezas de lego que encajan perfectamente por tanto tiempo, que descubrir que no será así con alguien más a la velocidad y forma que me hubiera gustado me dio algo de miedo. Aún confío en que hay más personas de las que me enamoraré y que lo más seguro es que no te continuaré buscando en cada cara y cada voz, sólo que la incertidumbre de la vida a veces pesa un poco más de lo que debería.
Espero que a ti también te haya costado aunque sea tantito el primer beso y la primera cita después de mí. Que me busques con los ojos cerrados y también con los ojos abiertos mientras la tienes enfrente, que su voz se vuelva sonido de fondo mientras recuerdas como te sentías cada que cocinábamos juntos, como cada cumpleaños te sorprendía con algo diferente, como podía pasar horas riéndome con tu mamá y tu hermana en la cocina y que cada que quieras sentir alivio en algo que te sepa familiar, te queme la cabeza darte cuenta que lo primero que te viene a la mente sea mi cara, mi voz y la sensación de mi cabello entre tus dedos un domingo por la tarde acostados en tu cama. Espero que me extrañes, que te cuestiones aunque sea por un segundo si dejarme fue la mejor decisión que tomaste, aunque sepamos que la respuesta es sí. Qué alejarnos fue lo más valiente y más correcto que decidimos después de amarnos. Y que aunque fuiste mi hogar, te ame, te adore y te esperé, al final no eras y nunca ibas a ser con quien compartiría mi vida. Sin embargo espero que hoy hayas tenido un día bonito, te quiero, te extraño y te mando un abrazo.